¿TU CULTIVO DE PAPA ESTÁ EN RIESGO? ASÍ ACTÚA EL TIZÓN TEMPRANO

INTRODUCCIÓN

‌‌La papa es uno de los cultivos alimenticios más importantes a nivel mundial, ocupando el cuarto lugar en términos de consumo humano. En el Perú, se han desarrollado más de 3,500 variedades, tanto nativas como mejoradas (Contreras et al., 2023).

Este cultivo es esencial en la agricultura familiar y tiene un papel crucial en la economía de muchas familias. Sin embargo, su producción está expuesta a diversas amenazas, siendo una, el tizón temprano causado por el hongo Alternaria solani. Este patógeno afecta tanto a las hojas como a los tubérculos, ocasionando pérdidas en el rendimiento y la calidad de la cosecha.

a) Impacto del tizón temprano en el cultivo de papa

El tizón temprano, provocado por el hongo Alternaria solani, puede afectar tanto las hojas como los tubérculos de la planta. Aunque se le asocia comúnmente con tejidos envejecidos, también puede infectar tejidos más jóvenes.

Las pérdidas más significativas suelen ocurrir cuando la enfermedad aparece después de la floración o durante la etapa de tuberización. Se estima que el daño en el rendimiento puede variar entre el 10% y el 50%, y en papas almacenadas, las pérdidas podrían llegar hasta un 80% (Acuña, 2011).

b) Ciclo biológico de Altenaria

El inóculo de Alternaria solani puede mantenerse viable entre campañas agrícolas, sobreviviendo como micelio o conidios en restos vegetales, en la superficie del suelo o en tubérculos infectados, actuando como fuente primaria de infección. A partir de las lesiones en hojas inferiores, el hongo produce conidios que, dispersados por el viento, generan nuevas infecciones (secundarias) dentro del mismo cultivo o incluso en campos cercanos, incrementando la severidad del ataque.

Además, estos conidios pueden caer al suelo y, a través de heridas generadas durante la cosecha, contaminar los tubérculos.

La entrada del hongo se produce directamente por la epidermis de la planta, y su germinación depende de la presencia de agua libre o alta humedad relativa. Las condiciones óptimas para que ocurra la infección foliar son temperaturas cercanas a los 25 °C y presencia de lluvias, aunque un rocío frecuente y abundante puede ser suficiente.

El avance de la enfermedad se ve favorecido por ciclos alternos de humedad y sequedad en el ambiente.

Durante las primeras fases del cultivo, el hongo puede iniciar infecciones en el follaje más envejecido. No obstante, en plantas jóvenes, activamente en crecimiento o con un exceso de nitrógeno, los síntomas pueden no manifestarse.

La mayor incidencia de infecciones secundarias suele darse después de la floración, cuando la concentración de inóculo es más alta. Los conidios que se depositan sobre las hojas pueden mantenerse viables por hasta 8 semanas, esperando condiciones ambientales favorables para iniciar la infección.

En cuanto al almacenamiento, temperaturas cálidas facilitan el desarrollo de las lesiones en tubérculos, mientras que ambientes frescos retrasan el progreso de la enfermedad ( INIA, 2021).

Figura 1: Ciclo biológico de Alternaria solani
Fuente: INIA(2021)

c) Sintomatología de la Alternaria

Síntomas en hojas: Los primeros indicios de la enfermedad suelen aparecer en la base de la planta, específicamente en las hojas más viejas. A medida que la infección progresa, las lesiones se extienden hacia las hojas superiores. Un signo distintivo es la presencia de manchas circulares de tonalidades café a marrón, rodeadas por un halo angosto de color verde pálido o amarillo, el cual no atraviesa las nervaduras de la hoja.

En el área afectada o necrótica, se pueden notar anillos concéntricos con diferentes tonalidades de café, alternando entre más oscuros y más claros.

En situaciones severas, las hojas pueden volverse completamente cloróticas, secarse y finalmente desprenderse, provocando la defoliación total. Sin embargo, cuando la humedad es alta, es común que las hojas muertas permanezcan adheridas a los tallos (Acuña, 2011).

Figura 2: Daño de Alternaria solani en hojas de papa

Síntomas en tubérculos:

En los tubérculos, las lesiones iniciales se manifiestan con tonalidades que van del gris al púrpura, y con el tiempo se oscurecen, adoptando una forma circular pero con bordes irregulares. Estas lesiones suelen estar hundidas y presentan bordes elevados de color marrón a púrpura, distribuyéndose de manera desigual sobre la superficie del tubérculo.

El tejido afectado bajo la lesión puede extenderse desde pocos milímetros hasta aproximadamente 3 centímetros, y se caracteriza por ser marrón oscuro, de consistencia firme, seca y con una textura coriácea (Acuña, 2011).

Figura 3: Daño de Alternaria solani en hojas de papa

d) Métodos de control:

La prevención y manejo de esta enfermedad requiere tener en cuenta tres aspectos fundamentales: las prácticas culturales, el uso adecuado de productos químicos y susceptibilidad de las variedades cultivadas (Torres, 2002; Acuña et al., 2011).

  • Reducir el estrés en las plantas es clave; aplicar estrategias que favorezcan su vigor y retrasen el envejecimiento prematuro, como el uso de semillas de alta calidad, una fertilización balanceada y un riego adecuado, contribuye a disminuir la incidencia de la enfermedad.
  • Una vez finalizada la cosecha, es fundamental eliminar o incinerar todos los restos de plantas infectadas, ya que estos pueden actuar como reservorio del inóculo.
  • Prevenir la acumulación excesiva de humedad en el follaje, ya que la enfermedad tiende a desarrollarse con mayor intensidad.
  • La rotación de cultivos es una medida efectiva, ya que el hongo no sobrevive por mucho tiempo en suelos donde no hay plantas hospedantes.
  • Aplicar fungicidas en el momento oportuno, tan pronto como se detecten los primeros síntomas, para evitar el avance de la enfermedad.
  • El manejo postcosecha debe garantizar que los tubérculos se conserven en un ambiente que favorezca una rápida cicatrización y maduración. En tubérculos infectados, temperaturas superiores a 10°C intensificarán la infección, mientras que temperaturas más bajas ralentizarán su desarrollo.

 

CONCLUSIÓN

La enfermedad causada por Alternaria solani representa una amenaza para el cultivo de papa, afectando tanto a las hojas como a los tubérculos y provocando pérdidas en el rendimiento.

La prevención y manejo exitoso dependen de prácticas culturales adecuadas, el uso oportuno de fungicidas y la selección de variedades adecuadas, permitirá los efectos negativos de esta patología en la producción de papa.

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FUENTE

  • Acuña, I.; Sandoval, C. y Sepulveda C. (2021). Tizon Temprano.
  • Acuña, I. y Cadiz, F. (2011). Reconocimiento y manejo del tizón temprano de la papa
  • Contreras-Liza, S., Jhoncon Kooyip, J., Vargas Luna, L., Cervantes Torres, D., Luis Olivas, D., & Quevedo Bacigalupo, M. (2023). Bicentenaria, un nuevo cultivar de papa para procesamiento en el Perú: perspectivas desde la mejora genética. Revista de Investigaciones Altoandinas, 25 (1), 5-13.
  • Torres, H. (2002). Manual de las enfermedades más importantes de la Papa en el Perú