INTRODUCCIÓN
Los macronutrientes son esenciales para el crecimiento y desarrollo de las plantas, ya que intervienen en procesos clave como la fotosíntesis, la formación de estructuras celulares y la producción de energía. Se dividen en macronutrientes primarios y secundarios, dependiendo de la cantidad en que las plantas los requieren.
En este blog, nos enfocaremos en los macronutrientes primarios: nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). Estos tres elementos son indispensables para el desarrollo de los cultivos, ya que influyen directamente en su crecimiento, floración y resistencia.
Comprender el rol de cada uno, así como las consecuencias de su deficiencia, es clave para optimizar la fertilización y mejorar la productividad agrícola.
MACRONUTRIENTES PRIMARIOS
- Nitrógeno
El nitrógeno es un elemento esencial en la composición de los compuestos orgánicos de las plantas. Desempeña un papel clave en la multiplicación celular y es un factor determinante para el crecimiento. Además, es fundamental en la síntesis de aminoácidos, proteínas y enzimas, procesos vitales para el desarrollo y metabolismo vegetal (Serrano et al., 2009).
Deficiencia de nitrógeno
La falta de nitrógeno en las plantas se manifiesta en un crecimiento lento y un desarrollo limitado. Las plantas afectadas suelen ser más pequeñas, con tallos delgados y débiles. Además, presentan hojas reducidas en tamaño, y las más antiguas tienden a caer de forma prematura.
Esta deficiencia también impacta el sistema radicular, reduciendo su crecimiento y la capacidad de ramificación. Las hojas muestran una clorosis que, en general está distribuida por toda la lámina.
La necrosis de las hojas o de partes de estas se da más bien en una etapa tardía y severa de la deficiencia (Mengel y Kirkby, 2000).


b. Fósforo
Juega un papel clave en el desarrollo de las raíces y contribuye a la floración y el cuajado de los frutos. Además, participa en el transporte, almacenamiento y transferencia de energía dentro de la planta, formando parte de fosfolípidos, enzimas y otros compuestos esenciales. También es un factor determinante en la precocidad de los cultivos, ya que impulsa su crecimiento inicial y favorece una maduración más uniforme (Serrano et al., 2009).
Deficiencia de fósforo
Las plantas con deficiencia de fósforo presentan un crecimiento lento y una baja proporción de biomasa entre la parte aérea y las raíces. En cereales, el ahijamiento se ve afectado, mientras que en frutales se observa un menor crecimiento de nuevos brotes y una apertura deficiente de los capullos. Además, la formación de frutos y semillas se reduce significativamente, lo que no solo impacta en el rendimiento, sino también en la calidad de la cosecha.
Los síntomas suelen aparecer primero en las hojas más viejas, que adquieren un tono verde oscuro. En muchas especies anuales, los tallos pueden presentar una coloración rojiza debido a una mayor producción de antocianinas.
En frutales, las hojas afectadas tienden a oscurecerse y caen antes de tiempo (Mengel y Kirkby, 2000).


c. Potasio
Es un elemento altamente móvil dentro de la planta y desempeña múltiples funciones. Optimiza la actividad fotosintética, fortalece la resistencia a la sequía, heladas y enfermedades, y contribuye a la síntesis de lignina, lo que mejora la rigidez y estructura de la planta.
Además, favorece la producción de glúcidos en las hojas y participa en la formación de proteínas (Serrano et al., 2009).
Deficiencia de potasio
La deficiencia de potasio no genera síntomas visibles de manera inmediata. Inicialmente, se observa una reducción en la velocidad de crecimiento, conocida como «hambre oculta», y solo en etapas posteriores aparecen signos como clorosis y, eventualmente, necrosis. Estos síntomas suelen manifestarse primero en las hojas más viejas, ya que transfieren el potasio a las más jóvenes.
En la mayoría de las especies vegetales, la clorosis y necrosis comienzan en los bordes y puntas de las hojas, como ocurre en el maíz, cereales y frutales. Sin embargo, en algunas especies como el trébol, pueden aparecer manchas necróticas de forma irregular.
Las plantas con deficiencia de potasio presentan una menor turgencia, lo que las hace más propensas a volverse flácidas en condiciones de estrés hídrico. Además, su resistencia a la sequía es baja, haciéndolas más vulnerables a daños por heladas, ataques fúngicos y condiciones salinas.
También es común observar un desarrollo anormal de tejidos y orgánulos celulares en plantas afectadas por la falta de este nutriente (Mengel y Kirkby, 2000).


CONCLUSIÓN
Los macronutrientes primarios son esenciales para el desarrollo saludable de los cultivos. Cada uno cumple funciones clave en el crecimiento, la floración, la producción de frutos y la resistencia a factores ambientales adversos. Su deficiencia impacta negativamente en la calidad y el rendimiento de la producción agrícola.
Por ello, un manejo adecuado de la fertilización es fundamental para optimizar la absorción de estos nutrientes y garantizar cosechas más productivas y sostenibles. Con un suministro equilibrado de nitrógeno, fósforo y potasio, es posible fortalecer los cultivos y mejorar la rentabilidad en la agricultura.
Cultivida…ciencia, tecnología y desarrollo sostenible para el sector agrícola.
FUENTE
- Sánchez J.(s.f.) FERTILIDAD DEL SUELO Y NUTRICION MINERAL DE PLANTAS.
- Serrano, P.; Lucena, J.; Ruano S. y Nogales M.(2008). GUÍA PRÁCTICA DE LA FERTILIZACIÓN RACIONAL DE LOS CULTIVOS EN ESPAÑA.
- Mengel y Kirkby.(2000). Principios de nutrición vegetal.