HORMONAS VEGETALES EN LA AGRICULTURA: CLAVES PARA CULTIVOS EXITOSOS

INTRODUCCIÓN

‌‌Las hormonas vegetales, también conocidas como fitohormonas, son compuestos esenciales para el desarrollo y crecimiento de las plantas. A pesar de ser producidas en pequeñas cantidades, su impacto es crucial, ya que influyen directamente en procesos fisiológicos como la diferenciación, elongación y desarrollo de los tejidos vegetales.

Este blog se centrará en tres de las hormonas más influyentes en la agricultura: auxinas, citoquininas y giberelinas.

A continuación, veremos cómo cada una de estas fitohormonas juega un papel vital en la regulación de los procesos clave del desarrollo vegetal y su aplicación en la mejora de la productividad agrícola.

¿Qué son las hormonas vegetales?

Las hormonas vegetales o fitohormonas son compuestos producidos internamente por las plantas, que actúan en muy bajas concentraciones y cuyo principal efecto ocurre a nivel celular,  los procesos influenciados son principalmente el crecimiento, la diferenciación y desarrollo (Perez, 2018).

A continuación, detallaremos tres hormonas y cómo actúan en la planta:

Auxinas

Las auxinas fueron las primeras hormonas vegetales descubiertas en plantas, mucho antes de que se comprendieran en detalle los mecanismos de expansión celular. Estas hormonas están ampliamente presentes en diversos tejidos vegetales, lo que les permite actuar tanto a nivel unicerlular como en estructuras más complejas. El efecto a nivel de planta son los siguientes:

  • Formación y elongación de tallos
  • Producción de diferentes raíces adventicias
  • Aumento de la dominancia apical
Figura 1: Molécula de auxina

Citoquininas

Las citoquininas son fitohormonas derivadas de la adenina, descubiertas entre 1940 y 1950, que promueven la proliferación y el crecimiento de tejidos madre en plantas cuando se aplican en pequeñas cantidades (Jordán y Casaretto, 2006). El efecto a nivel de planta son los siguientes:

  • Induce la iniciación y elongación de las raíces.
  • Activa la senescencia de las hojas.
  • Estimulan desarrollo fotomorfogénico vegetal.
  • Estimula la generación de brotes axilares a nivel vegetal.
Figura 2: Molécula de citoquinina

Giberelinas

Las giberelinas, también conocidas como ácidos giberélicos, son fitohormonas descubiertas en la década de 1930 mientras se estudiaban fitopatologías en el arroz, particularmente la enfermedad «bakanae», causada por el hongo Gibberella fujikuroi. Este hongo producía una sobreexpresión de giberelina A, lo que generaba un crecimiento excesivo y alargamiento anómalo del tallo en las plántulas de arroz. En la década de 1950, se logró aislar y clasificar distintos tipos de giberelinas (GA1, GA2, GA3), consolidando su importancia en el control del crecimiento y desarrollo vegetal (Alcantara et al. 2019).

  • Aumenta el desarrollo de tejidos de manera constante.
  • Elongación de raíces, hojas jóvenes, floración.
  • Alargamiento de segmentos nodales.
  • Participan en procesos de iniciación floral.
  • Vital en fertilidad de plantas masculinas y femeninas Induce germinación de semillas.
Figura 3: Molécula de giberelina

CONCLUSIÓN

Las hormonas vegetales desempeñan un papel fundamental en el control y regulación del crecimiento y desarrollo de las plantas. Las auxinas, citoquininas y giberelinas, cada una con funciones específicas, actúan sobre procesos clave como la formación de raíces, la elongación de tallos y la iniciación de la floración, entre otros.

Gracias a su capacidad para modificar el comportamiento fisiológico de las plantas, estas hormonas y sus aplicaciones han permitido avances significativos en la agricultura moderna, mejorando el rendimiento y la calidad de los cultivos.

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